miércoles, 15 de abril de 2015

Sangremos juntos

     Abre la boca y déjame escupir en ella. Meter dos dedos lentamente y besarte la frente mientras me miras confiada. Déjame agarrar tu marcado cuello y estrangularlo hasta que llores sin miedo. Déjame arañarte, echarle sal a las heridas, lamer cada corte y follarte lentamente. Abrir mis entrañas para que te masturbes con mi sangre. Un río visceral entre los dos, sellando un amor mutuo y doloroso. Acariciar cada milímetro de tus senos, para después meter la mano y arrancarte el corazón. Haz lo mismo y corta el flujo de mis sentimientos o ahoga tus miedos en mis intestinos. Déjate de ceras y echa ácido por mi cuerpo, quiéreme hasta los huesos. Mezcla tu corrida con la sangre esparcida por el suelo. Disfruta todo lo que esto produce, que moriremos en el próximo orgasmo. Insúltame mientras me fuerzas a meterte el falo en tu boca, rozando esos suaves labios y llegando a la campanilla. Llámame gilipollas y dime que me odias. Dile a La Muerte que vuelva en media hora, aún nos quedan cuatro rayas de coca y cinco litros de sangre. Túmbate de la forma en la que pueda apreciar la espalda y correrme en lo alto. Pasar la mano entera en lo saliente de la vulva e introducir la lengua en ella. Déjame follarte una vez más, porque si no morimos de amor, nos acabaremos por desangrar.